Uso de nebulizadores industriales para desinfección profunda en zonas de propagación microbiana
Para minimizar pérdidas económicas y, sobre todo, eventuales contagios por dispersión microbiana en alimentos y aire, entorno a granjas industriales, lo ideal es no olvidar las implicaciones protocolarias estructurales y ocupacionales/operacionales.
Bioseguridad estructural
Dentro de este rubro, un punto fundamental es la limpieza e higienización superficial y profunda, con sus debidos programas y procedimientos, tanto de superficies como del mismo aire respirable. Esto implica la etiquetación de los productos usados, debidamente identificados y almacenados en lugares especiales, fuera de las zonas de producción. Dentro de esto, entra la importancia de disponer de agua potable en todo momento, ya sea para el faenado de animales, seguridad de operarios, y la obtención de producto inocuo para su posterior consumo.
Las facilidades sanitarias son para garantizar las áreas designadas a desechos, con instalación de rejillas que canalicen el agua sucia hacia vertederos previamente designados, sin que a la larga signifique una cuestión de contaminación medioambiental. Dentro de estas facilidades, va intrínseco poner a disposición el material y equipo necesario para que el personal de planta, designado a la limpieza, pueda hacer uso cabal de mecanismos desinfectantes, como nebulizadores industriales y sistemas de neblina para salvaguardar todo el establecimiento.
La capacitación al personal encargado de la producción o manipulación de alimentos, es una parte fundamental, dejando en claro la higiene antes y después de laborar en rastros municipales o industrias agroalimentarias.
El diseño estructural de la nave industrial o similares, debe estar de acuerdo a las estipulaciones ecológicas en esta clase de edificaciones, sobre todo para el manejo sanitario. El equipo de seguridad es importantísimo, y muchos aspectos más dentro de la bioseguridad estructural.
Bioseguridad ocupacional u operacional
Son todas las prácticas que incluyen la identificación de animales, cuidado de áreas, inspección ante mortem, manejo de materia prima, y los procesos de crianza y el sacrificio de los animales para su posterior distribución de su carne. Dentro de varios de estos procesos, es esencial el agua potable caliente, ya sea para su consumo humano, o para la obtención del alimento.
Esta clase de bioseguridad implican las revisiones más minuciosas de los procesos, y los animales con los cuales se labora, inspeccionando y manipulando vísceras, entre otras cuestiones.
Las maneras en que se puede contaminar la carne, es directa o indirectamente. De forma directa, la contaminación se atribuirá al animal enfermo; por ello la importancia de las inspecciones zootécnicas. Otra razón es por el trabajador enfermo, sobre todo el que opera la carne directamente. Y finalmente, se da por la presencia de gérmenes en abscesos o intestinos del animal.
La contaminación indirecta de alimentos en industrias agroalimentarias o rastros municipales, es por basura, plagas -insectos y fauna-, agua no potable, polvo/suciedad, equipo y utensilios contaminados. Esto obviamente deriva en riesgos inherentes en estos lugares, los cuales se clasifican en físicos, químicos y biológicos. Por ello, es trascendental contar con protocolos de limpieza y equipo especializado, para la desinfección oportuna a través de nebulizadores industriales y aspersores de neblina purificantes.
Los riesgos físicos pueden ser atribuidos a la negligencia de operarios, jefes y demás encargados dentro del rastro municipal de la industria agroalimentaria. Los riesgos químicos comúnmente se desconocen, sobre todo al contratar personal de limpieza externo, donde no se sabe con exactitud la sustancia que manejan; es importante tener conocimiento de esto, o en su defecto, contar con personal y equipo de planta, para la desinfección profunda que implica uso especial de agentes desinfectantes y nebulizadores industriales.
Los riesgos biológicos, significa una amplia implicación de organismos patógenos, como virus, bacterias, protozoos, hongos o moho y gusanos. En rastros, lo más común es la bacteria, causantes de muchas enfermedades, algo totalmente inaceptable para organizaciones que se dedican al trabajo de la carne, y otras industrias de alimentos. El uso de nebulización industrial es esencial.
